martes, 25 de mayo de 2010

Hoy Tengo Ganas de vivir...



Hoy tengo Ganas De: Tí,
de soñar
, de cantar,
de bailar,
de escuchar una orquesta
de tocar mi guitarra con los pies y con la lengua,
de nadar en el mar,
de beber un buen Cabernere,
de perderme en el bosque,
de cenar comida itlaiana,
de escupirle a los carros del puente peatonal,
de romper el vidrio de tu ventana y que tu mamá me aviente a la polaca,
De dar todos los besos que me he perdido
de cantar las canciones que no he escuchado nunca
de descubrir que hay detrás de ese balcón tan sigiloso
De abarzarte, a mis amigos, de pelearme y reirme con ellos
De decirle pendejo a mi jefe
de correr denudo por la playaaaaaaaaa!! yeaah..
De Volar!
De sentir otra piel


Sígueme, HOY te invito a perdernos en Mí locura, PERO TENGO QUE VIVIR MI VIDA YA!!! 

By: Diego Del Llano

jueves, 20 de mayo de 2010

UTOPÍA D:

Las utopías, como dice Eduardo Galeano, la utopía esta en el horizonte. Me acerco dos pasos, ella se aleja dos pasos. Camino diez pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. Pero entonces uno se pregunta, ¿para qué sirve la utopía si siempre se aleja? Para eso sirve, para caminar. Para tener una utopía hay que tener fe, para creer que eso que deseamos es posible. Una utopía, por definición, es algo que no existe, un puerto inalcanzable, pero necesario para viajar. La utopía es una llamada a la ilusión, al inconformismo, a la rebeldía, al compromiso. La utopía es una llamada a la esperanza. Por eso, para cambiar el mundo, es tan necesaria.

La risa franca

  Solamente vamos a hablar de la risa. Es una gran terapia la risa, pero sólo vamos a hablar de una risa: la risa franca. Está comprobado científicamente que la risa tiene poderes curativos: puede generar cambios químicos en el organismo; aumenta el sistema inmunológico; se pone en actividad el sistema central y periférico y empieza a activar algunas zonas en el cerebro que están dormidas. Está comprobado que la risa franca, la carcajada, tiene la capacidad de recuperar la salud de nuestros enfermos, puede llegar a curar, libera tensiones, nos relaja, ayuda a expresarnos mejor.
Una sonrisa a tiempo desdramatiza la vida. Nos hacemos grandes y perdemos la capacidad de reír, reímos menos y eso nos aleja de los demás, pero si alguien nos sonríe y le devolvemos la sonrisa, esa risa ya nos acerca a algo más. Los chicos, por ejemplo, se ríen 300 veces al día, en cambio los adultos, como mucho, se ríen 15 veces al día. 

El tema es reírse con los otros, no de los otros. La risa burlona saca lo peor de todos. Está comprobado que las personas que se han reído juntas, se sienten mucho más cerca. No necesitamos de algo gracioso para reírnos, la risa franca es contagiosa. No hay que olvidarse de reír, hay que recordar esa risa franca natural como la de los niños. Es risa, nos puede salvar…